Algo que debe de ser nuestro principio fundamental.
Desde cuando tener una aptitud financiera positiva es algo que toda familia debería plantearse.
Es sabido por todos que los niños son esponjas que captan todo lo que pasa a su alrededor.
Sin darnos cuenta, todo lo que está a nuestro alrededor está basado en economía.
La luz se enciende gracias a que usted la paga, la ropa que llevamos tiene un coste, todo absolutamente todo tiene un gasto.
Ahora vienen las discrepancias de cuándo enseñar esto a nuestros hijos, es decir cuando enseñar en casa el valor del dinero.
De la misma forma que creo que la educación es un pilar que se enseña desde casa y se va abriendo a la escuela, creo que la educación financiera debe ser igual. De nada me sirve que mi hijo sea un gran abogado si el día 8 me dice que no puede pagar la luz.
Una vez quedé con unos conocidos, que tienen un nene de la edad de mi hijo, 2 años, le dí un par de monedas y su madre nos las devolvió diciendo que su hijo no sabe lo que es, ni le importa porque es muy pequeño.
El nuestro nos las pidió rápidamente diciendo que eran para la hucha para ahorrar, que quería ir a Disney. Se las dimos gustosamente, se las metió en el bolsillo, siguió jugando y al volver a casa, las sacó y pidió rápidamente la hucha para ahorrar.
¿Significa esto que nuestro hijo en un futuro será un gran ahorrador? No. Sólo significa que sabe que existe el dinero y que cuando acumulas gran parte del mismo consigues algo. Nada más.
¿Es bueno que lo sepan desde niños? Yo estoy convencido de que si. Creo que una buena educación financiera desde la base es importante.
Cuando un niño de 6 años empieza los estudios de primaria se le enseña a sumar y restar, al año siguiente se le van introduciendo las tablas de multiplicar. Cuando empecé F.P Administrativo, tenía 16 años, fue ahí cuando me enseñaron lo que es un mayor-contable, ¿Es difícil ? Para nada, los asientos contables sí lo son, pero una cuenta (570 caja) es lo más fácil del mundo, un niño de 8 años la podría hacer. Vamos a ver en qué consiste:
Simplemente una hoja vamos a dividirla en dos, en el lado izquierdo vamos a poner el dinero que tenemos, supongamos 5 euros de paga, en el lado derecho vamos a poner el dinero que nos vamos gastando, por ejemplo 1 euro en gominolas y 3 euros en una revista. ¿Fácil? No creo que esto sea complicado para ningún niño. Esta es una buena forma para que los niños puedan llevar una economía en la que ellos son los dueños de su propio dinero y deciden en qué gastarlo.
¿Vemos aquí problemas? Vamos a empezar a complicar más las cosas, el niño se ha gastado todo el dinero que había, pero llega el sábado y nos vamos al parque, hace calor y le apetece el polo, ¿qué hacemos? AQUÍ ES DONDE REALMENTE EMPIEZAN LOS PROBLEMAS.
Parece una tontería, pero no lo es. Es aquí donde la mayoría de los papás, los que han decidido dar paga, nos equivocamos. Damos el premio sin más, sin importar que aunque no lo veamos a simple vista, estamos gastando un dinero por encima de nuestras posibilidades, un dinero que no teníamos, ese es el verdadero problema.
A medida que el chico se hace más mayor se da cuenta que no importa lo que gaste, puesto que siempre tendrá un plan B infalible, volver a pedir.
¿Qué podríamos hacer en este caso para que realmente sepamos el valor del dinero? Hay miles de cosas, una que es la más recurrente sería por ejemplo poner en el lado derecho 1 euro del helado, si al sumar vemos que falta dinero, en seguida veremos que empezaremos la siguiente semana devolviendo el préstamo del helado.
Otra opción que no está nada mal es ver que le gusta hacer a tu hijo y potenciarlo.
Me acuerdo perfectamente que mi padre trabajaba en una empresa y yo cuando iba, tenía 4 años, me pagaban 500 pesetas, 3 euros, por hacer un dibujo y portarme bien para que mi padre pudiera trabajar.
En muy poco tiempo, compraba gominolas para revenderlas a amiguitos del cole, familiares… luego empecé a comprar figuritas… Aquí es donde empecé a ver que había una cosa mágica, maravillosa y que me encantaba: Multiplicar el dinero.
Cuando los niños ya tengan claras las pautas del ahorro, lo mejor es incrementar la paga, se podrán gastar una parte, la otra irá destinada a un futuro, siempre con un aliciente. Por ejemplo, una buena forma de hacerlo, es decirles que una de las huchas será para cuando sean mayores y la otra para cuando tengamos el suficiente dinero para comprar una bici, un patinete, un viaje…
En esto tenemos que ayudar a nuestros hijos, pero siempre con un ejemplo, no podemos exigir a los niños tener una mente ahorrativa de cara a un futuro y luego decir que no tenemos de donde pagar la luz.
Los padres tenemos que mostrar a nuestros hijos el reflejo de lo mejor que podemos llegar a ser.
Otra de las cosas fundamentales, que no suele hacerse en todas las casas, es sentarnos con ellos, cuando ya son más mayores y enseñarles los gastos básicos de una economía doméstica: luz, agua, gas, alquiler o letra…
No podemos apartarlos de algo fundamental que se van a encontrar en su día a día. Me echo las manos a la cabeza cuando la gente me cuenta que esto jamás se lo han contado sus padres. No podemos estar en el cole estudiando para una meta el día de mañana si luego no sabemos cómo manejar nuestros gastos.
Bajo mi punto de vista, una economía doméstica, empieza desde la raíz, que es la casa.
Muchos niños saben que sus padres no van bien económicamente pero nadie se ha sentado con ellos realmente a explicar los gastos de una casa.
El niño debe entender que el ahorro es beneficioso a la par de gratificante, si se estropea el coche hay que hacerles ver que gracias al ahorro hemos conseguido poder pagarlo, que si nos queremos ir de vacaciones podemos hacerlo de la misma forma.
Una lacra muy extendida sobre el ahorro, es que los ahorradores no vivimos la vida de igual manera que los que no lo hacen. Yo me atrevería a decir que mucho más y mejor.
No es que no tengamos caprichos o que no nos guste gastar, es que lo hacemos de otra forma. No hace falta dar un paseo y cenar, a veces, podemos dar un paseo después de cenar, en casa, y simplemente tomarnos un café. Podemos celebrar un cumpleaños de mucha gente alquilando un local y haciendo nuestra propia comida por ejemplo, no hace falta ir a un restaurante.
¿Qué decir ahora sobre el colegio? Lo primero un gran error que la economía doméstica no sea considerada una asignatura, y en caso de que no lo vean así, por lo menos, que no esté dentro de la asignatura de matemáticas, pues va a ser algo que van a tener que planificar durante toda una vida.
También hay que tener claro que lo que hemos explicado, sobre el debe y el haber es sólo la mínima parte.
El siguiente paso sería explicar lo que se puede hacer con el dinero, diferentes tipos de inversiones, el riesgo que cada uno de nosotros podemos asumir… y una larga infinidad de cosas que considero deberíamos de estudiar como una asignatura más.
No hemos de olvidar nunca, que el ahorro de una nación es símbolo de auge y prosperidad, todos deberíamos de conseguirlo.
El saber es importante, la cultura del ahorro y cómo manejar nuestras finanzas nos ayuda a ser más independientes, más valiosos con nosotros mismos.
Desgraciadamente, muchas personas se quejan de su propia economía, pero si les preguntamos cuánto dinero han destinado este mes a la compra de la semana no saben qué contestar.
Enmendemos este error desde la raíz, enseñemos a nuestros hijos a ser los propios autores del grandioso libro de su economía.
El sueldo es importante, pero sólo nos va a hacer llegar más rápido a nuestra meta, de nada sirve un gran sueldo con unos enormes gastos o caprichos. Enseñemos a nuestros niños que no hay sueño grande sino mal enfoque.
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JAVIER DOMINGO
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